Con la globalización las fronteras nacionales, y más las provincianas, dan síntomas de saltar hechas pedazos. Antes de preguntarnos por quién manda en un país, se va imponiendo la urgencia de preguntarse por quién manda en el mundo. El viejo tema de la “identidad nacional”, de la diferenciación cultural, va diluyéndose por obra y gracia de una especie de invasión de costumbres, modas, modos de conducirse y de vivir, que eliminan diferencias e imponen homogeneidad. Una manifestación espectacular del fenómeno de la globalización son los supermercados, idénticos en todas las llamadas sociedades democráticas y en todas las sociedades “del bienestar”.
Sobre el medioambiente, dijo que estamos empezando a sentir -también en el Ecuador- los efectos nefastos del calentamiento global. “En este asunto, sencillamente nos estamos jugando la vida. El hecho de que los países industrializados hayan sido los causantes de buena parte del problema, no nos exculpa a nosotros: se impone la urgente necesidad de una cultura, la cultura del cuidado de nuestro hábitat, la cultura del cuidado de la creación”.
El jesuita apeló a la comunidad universitaria, a examinar sus conciencias y a orientar el quehacer cotidiano que el contexto recién esbozado señala; para concentrar en ellos la triple misión que define a esta Universidad: la investigación, la transmisión del saber y el servicio a la comunidad.
El acto se realizó con la presencia de Pablo Iturralde, vicerrector de la PUCE; el padre doctor César González Loor, prorrector de la PUCESA; directores académicos, estudiantes, padres de familia, invitados.Hubo reconocimientos a los mejores egresados de la institución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario