martes, 27 de noviembre de 2007

HACIA UN VERDADERO CAMBIO EN LA UNIVERSIDAD ECUATORIANA


Padre Doctor César González Loor
PRORRECTOR DE LA PUCESA


Con la puesta en vigencia de la Ley Orgánica de Educación Superior, promulgada en el Registro Oficial No. 77 del 15 de mayo del 2000, y la entrada en funciones del Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior del Ecuador (CONEA) se propicia la generación de cultura de calidad en las instituciones de formación profesional del país, lo que ha favorecido al interior de los centros de educación superior, un proceso de auto evaluación para llegar a la acreditación institucional.

Hay algunos centros universitarios que han acogido con responsabilidad, generando cambios internos significativos y un despertar hacia la verdadera razón de ser de las universidades y a un real proceso de rendición de cuentas con la sociedad; otras en cambio, lo han asumido como un simple cumplimiento a lo establecido por el Gobierno Nacional.

Por este motivo se han realizado múltiples gestiones con la finalidad de alcanzar los porcentajes necesarios para el cumplimiento de estándares considerados como indispensables, dentro de las funciones sustantivas de la actividad universitaria como son: Gestión Administrativa, Docencia, Investigación y Vinculación con la Colectividad. Pienso que muchas de las universidades del país estarán a punto de entregar el informe final de autoevaluación que les permita llegar a su cometido, y lograr así la acreditación de la institución a la cual pertenecen.

En contraste con estas aspiraciones, en mayo del presente año, en Brasil, se realizó la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y de El Caribe, y dentro de las conclusiones que presenta el documento de Aparecida, se nos pide a las universidades católicas que las actividades fundamentales de nuestros institutos deben vincular y armonizarse con la misión evangelizadora de la Iglesia.

UN SERVICIO

Así mismo, que es necesario, a la luz del mensaje de Cristo, que se pongan los nuevos descubrimientos humanos y científicos al servicio de las personas, es también necesario que al ofrecer una formación adecuada nuestros estudiantes se preparen como personas capaces de tener un juicio racional y crítico concientes de la dignidad trascendental de la persona humana. Por lo tanto nuestros retos y desafíos no deberían estar enmarcados sólo en las buenas intenciones del CONEA por mejorar la calidad de la educación superior del país, sino que implica una formación profesional que comprenda los valores éticos y la dimensión del servicio a la sociedad. Además es necesario que la universidad preste una especial atención en la formación de profesores, alumnos y personal administrativo sobre estos valores para que sean capaces de tener un compromiso solidario con la dignidad humana y la comunidad.

CALIDAD TOTAL

El propósito de este proyecto del Gobierno no puede significar únicamente el que las instituciones de educación superior alcancen la calidad total con el mejoramiento de todas sus estructuras, sino ir más allá para tratar de mejorar la condición humana de nuestros estudiantes y los futuros profesionales. No se puede pensar que un país se desarrolla a través de la creación de un sinnúmero de profesionales que aún, estando debidamente capacitados dentro de su ámbito cognoscitivo, no están capacitados en su espíritu de servicio hacia la comunidad.

Es indispensable en el desarrollo de un país, alcanzar una educación adecuada, como base fundamental en la construcción y el crecimiento de la sociedad ecuatoriana pero más allá que presentar discursos académicos o propuestas, quizás demasiado forzadas para obtener la calidad total, hay que pensar en la misma persona humana como fuente y principio del progreso y de la cimentación de una sociedad mas justa y solidaria.

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